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Conferencia sobre la convención constituyente en Chile 2021 (Parte I)

La compleja situación que mezcla terrorismo urbano, manipulación de jóvenes necesitados de soluciones sociales y políticas y los oscuros intereses de grupos comunistas armados y desarmados que interesados en derrocar la institucionalidad colombiana, cuentan con la complicidad de politiqueros corruptos; demanda que los colombianos escuchemos e interpretemos, fenómenos similares o análogos, que están sucediendo en otros países del hemisferio.

En ese entorno, la hermana República de Chile está iniciando una trascendental reforma política, derivada de una situación similar a la nuestra, en la que hasta los indígenas de ese país se integraron al vandalismo como sucede en Colombia, es un referente académico y analítico para buscar soluciones a partir de analogías.

Teniendo en cuenta esa realidad geopolítica y político-social, la Fundación Excelencia, Liderazgo y Transformación invitó al señor almirante Jorge Arancibia Excomandante de la Armada chilena, senador y constituyente de su país, para que disertara acerca de los antecedentes, actualidad y perspectivas de la sonada reforma constitucional en Chile.

(Transcripción de oral a escrito, por Fundelt )

Primera Parte 

Almirante (r) Jorge Arancibia Arancibia

Es un privilegio tener la oportunidad de conversar con personas a las que nos unen relaciones de afecto sincero real y profundo, que han existido desde siempre entre nuestros dos países y en particular entre los espacios de nuestras Fuerzas Armadas de Chile y de Colombia, que se han intensificado por un intercambio desde nuestras escuelas matrices en la formación de nuestros oficiales, lo que ha ido enriqueciendo esta relación y la han hecho más próspera y más fuerte.

Soy de la promoción de 1960 y durante los cinco años de Escuela previa tuve grandes compañeros colombianos que después se incorporaron y funcionaron en la Armada de Colombia y de los cuales tengo gratísimos recuerdos, fueron grandes alumnos, grandes personas, grandes Cadetes y con algunos de ellos egresamos en el año de 1960. 

No me voy a referir al desempeño de mi vida naval, sino a hacer un par de referencias porque son de importancia para lo que hablaré más  luego; una de ellas fue mencionada en la presentación y es el hecho que en un momento determinado fui designado como edecán del Presidente de la República, el Sr. General Augusto Pinochet, y lo acompañe entre los años 1980, 1981, 1982 y pude aquilatarlo, vivir, participar, conocerlo, una experiencia realmente fantástica  y que de alguna manera me mostró cómo funcionaba la estructura de poder de un país, porque estaba en una posición privilegiada de 24 horas 7 días a la semana al lado del Presidente de la República, en un trabajo, un proceso muy intenso de esa época, lo cual fue una lección fantástica que me ha acompañado el resto de mi vida y que de pronto entra a justificar las oportunidades futuras que tuve.

Resaltándome en eso y sin mención de los buques que comandé, de los cursos que realicé y de las experiencias profesionales que vivÍ en la Marina, ascendí en 1989 a Contralmirante, el primer grado del Almirantazgo, es decir en el último año del gobierno militar y fui designado Subjefe del Estado Mayor General de la Armada, nombre más largo e impresionante que el cargo propiamente, pero estaba de nuevo al lado de la cabeza del mando institucional; entonces ahí se produce el cambio del sistema, termina el gobierno militar en el año 89 y en el año 90 entra el sistema democrático a hacerse cargo de la conducción del gobierno del país.

Para entonces, el Comandante en Jefe nombrado en la Armada de Chile, en esa ocasión el Sr. Almirante Martinez, me designó como Jefe de Estado Mayor General y ese si que era un puesto importante y obligante,  tradicionalmente el número dos de la Armada y yo estaba para entonces por ahí en el 15, lo que me obligó a desarrollar esas capacidades de manejo político de situaciones complejas en un período particularmente interesante, y que Uds. tal vez van a coincidir conmigo, fue una transición del gobierno militar a la plena democracia, que calificaría de muy destacada, ejemplar quizá.

En esa transición me tocó un rol bien importante, en primer lugar como 2o. al mando ayudarle al Comandante en Jefe a manejar esas situaciones de transferencia del poder que ejercían las Instituciones de las Fuerzas Armadas al poder Político, que se hizo en forma adecuada, no sin ciertos roces y problemas, pero en muy buena forma, como son los comentarios que me llegaron incluso desde el extranjero donde ponen a Chile como ejemplo de transición de un gobierno militar y una estructura democrática.

El siguiente paso que marca algo importante en mi trayectoria de vida es cuando estando ya hacía tres años en el proceso de transición, me llama el Ministro de Defensa de la época y me ofrece que asuma la Jefatura del Estado Mayor de la Defensa, un tremendo nuevo cargo que agradezco y entonces acepto para estar dos años, el primero con el ministro Rojas cuando se produce la entrega del gobierno y entra el Presidente Eduardo Frei a gobernar y llega el ministro Perez Yoma; y ahí si que estoy yo en el centro de la relación político militar dentro del proceso aún de transición que es realmente enriquecedor y que me abre las puertas para pensar en las posibilidades de llegar en el futuro a la Comandancia en Jefe de la Institución, que se ven potenciadas para interactuar.

¿Por qué me invitaron para asumir la Jefatura del Estado Mayor de la Defensa de un gobierno democrático, habiendo sido Edecán del General Pinochet y siendo sin ninguna duda alguna, adicto al General? porque Uds. comprenderán que esos roces que yo mencioné entre personas de carácter fuerte como eran el ministro Rojas y el General Pinochet requerían de una persona con alguna capacidad de mediación y yo tenía muy buena relación con ambos y serví de puente para resolver algunas cosas importantes.

Explico esto porque parecería raro que un Oficial que había tenido un desempeño profesional tan cercano al anterior Presidente, el General Pinochet, fuera convocado y llegara a ser Comandante en Jefe de la Armada y tuviera un puesto de relevancia con los niveles de lealtad, amistad, de cariño y afecto que le guardaba a ese general, inolvidable para mí y grandioso para Chile.

Y he querido explicarlo así, para que se entienda por qué este Almirante empieza a entrar en política, por qué el destino lo coloca en esos puestos dentro del periodo de transición y lo lleva a tener contacto con esos políticos de la época, que deben haber valorado en alguna forma los esfuerzos hechos para que la transición se hubiera efectuado bien y entonces fui nombrado Comandante de la Armada en el año de 1997.

Estoy en el cargo cuatro años, pues la legislación nuestra regula la estancia de los comandantes en jefe y para ser nombrados deben ser designados por el Presidente de la República entre los cinco Almirantes de la Marina, o de los Generales del Ejército o de la Fuerza Aérea. Entre los cinco presentados de la Marina yo era el número uno y fui designado comandante en jefe; como tal estuve en Colombia un par de veces en visita oficial, con una invitación, una atención y un cariño extraordinarios por parte de mis pares en Colombia. Tuve dos grandes amigos que fueron también Comandantes en Colombia, durante mi propio período en Chile y que reforzaron esa relación entre nuestros países y nuestras instituciones.

(Continuará Segunda y Tercera parte)

Segunda parte comienza:  “Ahora vamos a la parte política; como les decía ……..”

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