“El porqué de las situaciones caóticas individuales y colectivas ” ( I )
Por Rosa Lia Medina de López
“La ciencia dice que por cada acción siempre hay una reacción igual y opuesta, o que por cada causa hay un efecto, pero en el mundo físico siempre hay un intervalo de tiempo entre la acción y su resultado, así que el tiempo puede ser la distancia entre causa y efecto, el espacio entre crimen y consecuencia, o el intervalo entre una buena acción y su dividendo; sin embargo, independientemente de la cantidad de tiempo entre una causa y un efecto, los efectos de nuestros comportamientos inevitablemente regresan a nosotros en toda su magnitud”. – Kabbalah Center Studies – NY, Los Angeles CA,
Erróneamente se cree que lo bueno no tiene recompensa, que el mal queda sin castigo y que la vida carece de justicia, porque el recuerdo de nuestras acciones se desvanece con el tiempo y cuando aparecen sus efectos demorados, se cree que son simples eventos casuales, pero la verdad es que hasta las palabras poco amables, ponen en movimiento el ineludible “Principio de Causa y Efecto”, así que hay que aceptar la franca verdad del mundo espiritual, que nuestros problemas en la vida son el resultado de nuestras acciones negativas pasadas, originadas especialmente por los impulsos reactivos, específicamente por las dificultades que todos tenemos con el ego, lo que nos aleja del crecimiento y de la elevación de conciencia. Con el ego siempre nos enfrentamos a situaciones donde vamos a perder, si nos preocupa ganar, eso es ego, si nos preocupa perder, eso es ego también.
Existe una tecnología para el alma que está verdaderamente al alcance de todos, solo si se hace el compromiso de actuar de manera proactiva renunciando a los juegos del ego; en otras palabras es el poder de la mente sobre la materia, es el poder de la conciencia y su manifestación en el reino físico, es la capacidad de eliminar todo tipo de caos y obtener hermosos y maravillosos milagros. Desde el principio de los estudios de la Tecnología denominada Kabbalah (del arameo Recibir) los especialistas maestros advierten: no creas ni una sola palabra, ni un solo concepto de lo que escucharás, solo somételos a tu vivencia y entonces sabrás.
Hay dos conceptos kabbalísticos fundamentales que nos ayudan a estar en unidad con nosotros mismos y con el Universo: uno es el concepto de Restricción, el otro es el Deseo de Compartir, que completan el circuito iniciado con el Deseo de Recibir, todo lo cual puede expresarse en un solo concepto: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18), antiquísima regla de oro escrita en el Primer mal llamado Antiguo Testamento, e igualmente expresada en su momento por uno de los grandes Kabbalistas que en el mundo han existido desde la creación misma, quien no obstante partió la denominación de la Historia en dos: AC y DC. por su simplificada Doctrina del Amor Incondicional, modernamente llamada el quinto poderoso elemento de la naturaleza.
A este versículo sin embargo, en arameo le siguen dos palabras: Ani Hashem, que significan Yo Soy el Eterno y que si se tienen en cuenta, el correcto significado del versículo cambia a: “Cuando ames a tu prójimo como a ti mismo, me conocerás; todo lo demás son comentarios no indispensables dicen desde los más antiguos sabios Kabbalistas, e inclusive hoy en día en Youtube lo señala y lo repite insistentemente el sabio Rav David Hillel.
A pesar de los innegables adelantos en todos los aspectos materiales, la humanidad parece haber fracasado en lograr la satisfacción individual y colectiva que tanto se anhela, pero la verdad es que tanto el individuo como las agrupaciones en general, crean sus propios campos energéticos de bienestar o de carencia de este; así que debemos entender que si el caos, el dolor y el sufrimiento se generan en nuestro propio campo de energía, las soluciones a todos esos problemas también se producen por nuestros propios esfuerzos individuales.
Desde un punto de vista kabbalístico el ser humano es 99% pensamiento-conciencia y solo 1% de estructura física, así que cuando nuestro sistema de salud se especializa cada día en más pequeños fragmentos de ese 1%, es decir del cuerpo, ignorando en mucho ese 99% de componente metafísico y mental, se entiende por qué se ha progresado tan poco en nuestra salud total. La medicina no ha ido en paralelo con todos los descubrimientos de la Física Teórica, la que en su lenguaje matemático, de muy pocos adeptos, nos indica que “la cura” está aquí, pero tan oculta por las trampas negativas materiales de la existencia finita, que se necesita tener ojo sensible y alma compasiva para percibirla.
(Continuará II y III )
