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El ser humano y los retos de la educación

Hoy, el entorno de la educación enfrenta diversas problemáticas sociales como la pobreza, la violencia, la discriminación, el desempleo, la corrupción, la delincuencia común, la drogadicción, la intolerancia, el narcotráfico, el crimen organizado, problemáticas cuyas causas son diferentes y variadas, entre ellas el analfabetismo incluyendo el analfabetismo informático, pero a la vez están rodeadas de los permanentes avances de la ciencia en los campos científico y tecnológico, de las exigencias y requerimientos en los campos de la formación, profundización y especialización, de una sociedad que exige a los futuros profesionales competitividad con autonomía, rectitud, transparencia y eficiencia, responsabilidad en su desempeño, compromiso ético y gestión eficaz con un alto estándar de calidad, que permita satisfacer las necesidades y brindar bienestar a la comunidad en general, así como un interés generalizado por el desarrollo sostenible del planeta.

Hoy, los niños, jóvenes y adultos presentan debilidades en la interiorización e inspiración de principios y valores para pensar y actuar, presentan deficiencias graves de personalidad que generan empobrecimiento del sentido existencial, pero eso si son críticos destructivos especiales con el agravante que no tienen un apoyo en estructuras lógicas acertadas, que conviven en un ambiente donde todo lo cuestionan, donde ven la realidad de una manera más amplia pero no muy lejana, a la vez cruel y despiadada, con un debilitamiento de compromisos estables, gestores de la ley del menor esfuerzo y el facilismo, con aparente expresión de cansancio o desilusión, como si estuvieran viviendo solo el presente sin perspectivas razonables para el inmediato futuro.

El hombre como ser humano, personal y social, es un animal racional original, auténtico y único, dotado de razón, lógica e inteligencia que le permiten pensar, sentir y creer, además de otorgarle una dignidad y unos atributos individuales particulares, algunos innatos otros aprendidos, por ende, con las condiciones mínimas para conocer, analizar, asimilar, interpretar, comprender y hacer, a través de la acción educativa.

En el transcurrir de la humanidad, el hombre como ser humano es a la vez un ser físico, biológico, síquico, cultural, social e histórico (Morin, 2011, p.17) ha contribuido a la construcción del proyecto hombre-sociedad en los diferentes escenarios, que también ha incluido grandes aportes a la concepción y evolución del proceso educativo, que condiciona la orientación de la educación en la comunidad, incluidas las actividades, tareas y responsabilidades en diferentes roles como los del estudiante, el docente y el directivo institucional.

Es de anotar, que la formación del ser humano como persona inicia desde el momento de su gestación, siendo una labor continua, permanente, sistemática y compleja, a lo largo de las etapas de la vida (niñez, adolescencia,juventud, adultez).

En su gestación uteral adquiere las características genéticas, fisiológicas y biológicas.

Al nacer, la responsabilidad directa inicia en los padres como familia (unidad básica

de la sociedad), primer centro de desarrollo del niño, donde a través de sus actos y prácticas cotidianas adquiere una formación inicial con valores y principios, aprendidos con pasión, amor y ejemplo, a partir de las experiencias acontecidas propias y ajenas, que ocasionaron de alguna manera cambios en su comportamiento. Luego, es complementada, en un segundo centro de desarrollo, con la acción directa de profesores en los diferentes niveles educativos (jardín, escuela, colegio, universidad),

donde adquiere lenguajes específicos, hábitos, costumbres que causan la transformación de algunos valores, por ser además influenciado por diversidad de factores internos y externos, para hacer de esa persona en proceso de formación, un ser capaz, hábil y competente para desarrollar una tarea específica, útil a la sociedad y satisfactoria a sí mismo, a sus iguales y a su entorno.

Por naturaleza los seres humanos nacen con diferencias genéticas y crecen con distinciones personales por experiencias de la existencia del marco social, además son diferentes en raza genero edad personalidad, creencias, sentimientos, emociones, temperamento: aptitudes, actitudes propias de las condiciones socioculturales y biopsíquicas “cada hombre es original y distinto; no hay dos personalidades iguales” (Suárez, 1987, p. 64).

Estas diferencias causan diversidad en las capacidades del ritmo de aprendizaje, limitan o sensibilizan el conocimiento, distorsionan los significados de los conocimientos, dependiendo de los intereses, medios y recursos, oportunidades de acceso, tanto de cada ser humano individual, como de la sociedad a la cual pertenece, situación que requiere de la inter, trans y multidisciplinariedad de la acción educativa, teniendo en cuenta el escenario, estructura y contexto social de los educandos.

Consultados diversos autores sobre el aprendizaje, llegue a concluir que el aprendizaje es un proceso de construcción de las capacidades cognoscitivas, afectivas y sociales que le permiten al individuo como ser humano, ser reconocido como persona racional,

dotada de una inteligencia y una personalidad en construcción.

Citados por Moreno H., 2014, p. 125, Bruner, Vigotsky, Piaget, Seaver y Botel (1991) expresan que el aprendizaje se basa en el significado (aprendizaje significativo), tiene lugar en un contexto social, implica relaciones entre los procesos de lenguaje, siendo algo muy personal y particular del ser humano, afirman además que al aprendizaje se llega por medio de la participación activa, reflexiva y colaborativa mediante experiencias críticas, que, a propósito de la enseñanza, conviene tener presente:

leer textos, componer textos de varios géneros, leer y escribir textos, analizar las funciones lingüísticas, adquirir nuevos conocimientos y los más importante aprender a aprender.

Por lo anterior, es que la educación requiere cambios para hacerse orgánicamente flexible, diversificándose en sus instituciones, en sus estructuras, en sus estudios, sus modos y formas de organizar sus currículos y actualizar los saberes, conocimientos y competencias, para transformar, reconvertir y mejorar la cultura general de la sociedad y por ende de los individuos.

En complemento a la afirmación anterior, del ser humano, es importante y trascendental tener en cuenta que su proceso de aprendizaje depende en gran medida de conceptos tales como talento, cualidades, principios, valores, actitudes, aptitudes, creencias, habilidades, conocimientos previos, modelos mentales, paradigmas, juicios, sentimientos y hasta emociones que facilitarán las capacidades para fortalecer sus competencias cognitivas, actitudinales y procedimentales, que con el aporte y complemento de la educación bioética debe implicar una mejora substancial de las relaciones personales, académicas y hasta profesionales dentro de un ecosistema, para propender por unas mejores condiciones de vida y afrontar los retos y desafios venideros de una nueva era planetaria.

La educación del siglo XXI tiene tareas fundamentales y retos esenciales por cumplir con el ser humano de hoy.

Una de esas tareas fundamentales es orientar y facilitar la transformación de los estilos de vida, los comportamientos personales y colectivos, para construir sujetos responsables capaces de visionar, desde la bioética, la necesidad del desarrollo sostenible del mundo actual.

Uno de los retos esenciales consiste en concebir innovaciones en el pensamiento crítico y complejo para afrontar los avances de la ciencia, los cambios inesperados del conocimiento y la forma de adquirirlo, las nuevas tecnologías de información y comunicación, las nuevas maneras de ser y vivir la vida por parte de las actuales generaciones, situaciones que generan una creciente complejidad con mente abierta para ver, sentir y vivir el mundo, en especial por parte de los profesores y directivos educativos, quienes tienen la gran responsabilidad de facilitar el aprendizaje.

En próximas ediciones, reflexionaremos sobre la construcción del sujeto a partir de la integralidad e integración de las acciones humanas y las acciones educativas, donde se evidencia la necesidad de enriquecer la calidad de la educación, mediante las ciencias humanas, responsables del estudio del hombre, como ser humano, individuo integrante de una sociedad y elemento significativo de una especie y que tienen como objeto esencial el estudio, análisis y la investigación del hombre en el mundo.

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