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La democracia del proyecto encabezado por las reservas

    Por Ivan Gonzalez Urán

     En la lucha contra el comunismo y la pretendida influencia por Rusia en América latina, los cuadros del Proyecto Político encabezado por las Reservas deben desplegar al máximo la iniciativa.

     Que se ha de manifestar en la actividad creadora de los partidarios, en el vigor procelitista, en la audacia y en la habilidad con qué exponen las opiniones. Y con la que critiquen los defectos y planteen sus propuestas.

     Sin esto, la palabra iniciativa carecerá de contenido. El despliegue de la iniciativa depende del grado de democracia que exista en el Proyecto. Sin suficiente democracia no podrá formarse un gran número de hombres capaces que lo organicen.

     En nuestro país prevalece el sistema patriarcal, propio de la pequeña producción. Tomando el país en su conjunto, todavía no tenemos una vida democrática sólida. Nuestra democrácia aún no tiene la suficiente densidad para crear dirigentes enérgicos.

     Por esta razón, dentro del Proyecto de FUNDELT hay que educar a los militantes en los principios de la democracia para que comprendan la vida democrática, cuál es la relación entre democracia y centralismo. Y cómo poner en práctica el centralismo democrático.

      Solo así se puede evitar la tendencia a dejar pasar las cosas que socavan la disciplina democrática. También es esencial acrecentar una vida democrática que estimule tanto la iniciativa de los líderes y como la capacidad de los seguidores.

Sin embargo, No puede haber una democracia tan abierta que indusca al desorden, al caos y la anarquía, que siempre terminan en división y debilitamiento de objetivos y proyectos.
Porque la democracia debe servir para fortalecer la unificación e incrementar la capacidad organizativa y no para debilitar.

    Pensar en función de la mayoría y trabajar como aliados

    Al dirigir las mentes en la lucha contra el enemigo que pretende destruir nuestra democracia, debemos tener en cuenta el todo.

    Comprender el principio de subordinar la necesidad de la parte a la del todo.
Los buenos ciudadanos nunca deben separarse de la mayoría o desinteresarse de ella precipitándose en forma aventurada a la cabeza de una minoría extraviada.

     Deben es preocuparse por estrechar vínculos contra los grandes males.

     Eso es lo que significa pensar en función de la mayoría.

     Estamos adoleciendo graves deficiencias al respecto. Y aunque se evidencia que las estamos corrigiendo, debemos aplicarnos a sostener el empeño.

      Comprendiendo este y cualquier otro obstáculo opositor burocrático lo estamos superando.
     Ahí es que tenemos que mantener la constancia y la confianza en el éxito.

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