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Los políticos son los responsables de la debacle petrista

     Tengo la misma apreciación que expone mi coronel Luis Alberto Villamarín Pulido y la misma intranquilidad que por el tono de su voz, percibo, al ver la actitud proclive e insensata de los partidos políticos, del congreso y de algunas instituciones colombianas que teniendo el deber de pronunciarse ante tantos vejámenes a los que se ha sometido a la fuerza pública y a la desfachatez de los grupos terroristas que se arrogan el derecho de controlar los comicios, han hecho oídos sordos y no se pronuncian en contra de este gobierno que no actúa con diligencia para impedir estos actos.

     Verdadera vergüenza siento de esas instituciones, como la que sentí por el “latrocinio” del plebiscito del 02 de octubre de 2016, con el visto bueno de los partidos políticos y avalado por la corte constitucional.
     Viene a mi memoria la anécdota de Diógenes de Sinope, al que llamaban el “Can”.
     El mismo que según cuentan, le dijo a Alejandro el grande, que se le apartara porque le interfería con su sombra la acción de los rayos del sol para llevar a cabo un experimento y en el que en pleno día buscaba con una linterna un hombre honesto, para dar a entender que no los había.
     También me recuerda la trama de la novela “El perfume”, de Patrick Süskind, en el que, grosso modo, un asesino utilizaba su perfume con el fin de seducir a sus víctimas y accederlas carnalmente. Fue perseguido sin tregua, para hacerle el juicio, pero una vez capturado y condenado a pena de muerte en la guillotina, después del juicio, el condenado regó el perfume y su aroma se esparció en la plaza pública seduciendo y excitando a todos los presentes y el acto de ejecución se convirtió en una verdadera orgía en la que copulaban el juez con la monja, el cura con el alcalde, el policía con el obispo, y… todos con todos.

     Asemejo a lo que ocurre en este desparpajado país. Todos los políticos, en teoría, censuran al presidente por sus actos, por demás estultos, pero en la práctica le aceptan todo lo que hace o diga, porque el perfume del poder, sus prebendas y canonjías los seducen y embriagan, también a sus apéndices del congreso, administraciones y demás, y lo que sigue es una orgía de componendas en la liza por el poder. Políticos y funcionarios probos y serios en Colombia, difíciles de encontrar, ni siquiera con la linterna de Diógenes.
     Seguiré con la propuesta de la fundación excelencia, liderazgo y transformación, “FUNDELT”, de crear un partido político serio y prospectivo, aunque parezca difícil. Es lo de menos.
    Cordial saludo.
     Teniente coronel (VFP) Ramiro Saldaña Amézquita.
      rsaldanaa@hotmail.com

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