Nefastos nombramientos petristas, corroboran necesidad de crear un verdadero partido político.
Antes de que sea tarde Circulan en las redes sociales, lógicas y muy ácidas críticas por que Gustavo Petro nombró como cónsul en Miami a la hermana de Margarita Rosa de Francisco, y en un alto cargo público a la abogada que representó al narcoterrorista Jesús Santrich, ante la justicia colombiana.
La pregunta obvia es si ¿acaso se pudiera esperar algún asomo de sensatez en favor de nuestro país, de parte de un gobierno sobrecargado de lumpen e integrado por lo más cuestionado de la descompuesta política nacional? …
De milagro, Petro no ha nombrado a la terrorista holandesa Tania Niemejer, como su embajadora ante la Unión Europea. El velado argumento detrás de tan merecidas críticas a la pésima administración de Petro, es que no nombró a personas idóneas, ni de la supuesta derecha.
O sea, que el problema no sería lo desastroso, que los impreparados personajes petristas de marras, van a hacer contra Colombia desde altos e inmerecidos cargos públicos, sino hacerles el cuestionamiento de por qué, tales cargos no son ocupados por los mismos politiqueros de siempre. Obviamente, la solución a estos graves problemas, no está en los comunistas resentidos, ni en los manipuladores de siempre, quienes viudos de poder, quieren incentivar la confrontación para regresar a lo mismo de siempre, causa y razón fundamental del lamentable triunfo electoral de Petro.
En consecuencia, el camino es la construcción de un partido político con la participación de personas honestas, conocedoras de todos los campos del poder nacional, para que en las urnas se obtenga mayoría y para que los altos cargos públicos sean ocupados estadistas, que desarrollen programas de gobierno atados a objetivos nacionales, políticas de Estado y visión geopolítica futurista de Colombia en el continente y en el mundo.
Desgastarnos en enfrentamientos baladíes, solo favorece la corruptela populista y estatizante de Petro, y por extensión a los manipuladores de toda la vida.
O ponemos el foco en la salida del túnel, o hacemos parte de la oscuridad que no nos deja ver mas allá de la nariz.
La solución es política, y solo puede nacer de una colectividad política estructurada, que como no existe, urge crearla. Menos críticas y cuestionamientos a nuestras propias limitaciones y manos a la obra. Les hablo Luis Alberto Villamarín Pulido
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