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Por fin se materializó la Región Caribe

Por Diego León Caicedo Muñoz

 “En la unión está la fuerza”, Simón Bolívar.

 El 25 de abril de 2021 escribí un artículo que titulé “la Procrastinación de las Regiones”, para referirme a la indolencia de los gobernadores en materializar la descentralización administrativa regional. No era para menos, la Constitución lo estableció en 1991 y la ley 1454 la desarrolló en el 2011.

Es de resaltar que, antes de la indiferencia de los gobernadores, los congresistas aportaron su grano de arena con la apatía desmedida en no  consentir una descentralización administrativa regional. Los artículos 306 y 307 de la Constitución Política de 1991 establecieron una oportunidad magnifica para que las regiones asumieran el papel decisivo en el devenir nacional, en razón a que autorizaron la fusión de dos o más departamentos en una Región Administrativa de Planificación, (RAP).

Pese a lo anterior, se demoraron 20 años en desarrollar esta importante herramienta, solo fue hasta el año 2011 que profirieron la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial 1454, y como si esto fuera poco, otros 8 años más para proferir la ley 1962 de 2019, que reglamentó su funcionamiento, siendo lo más importante de esta norma la conversión de las regiones a Entidad Territorial (RET).

Colombia es denominada país de regiones, la realidad humana, cultural, geográfica, social, política y pluralista, reflejan una huella histórica y el poder político debe obedecer a esa identidad cultural regional. Las características heterogéneas del país y su gran diversidad ameritan una descentralización sólida por regiones como entes territoriales, que les conceda impeler sus proyectos. Un Estado excesivamente centralizado en un país de regiones como el nuestro, es una afrenta al desarrollo social y económico.

A pesar de que la Constitución instituye una nación en forma de República Unitaria, descentralizada y con autonomía de sus entidades territoriales, para infortunio de los colombianos, la realidad política y social es otra. El centralismo administrativo terminante impone las decisiones y de paso destina los recursos desde Bogotá, lo peor de todo, es que la incuria de los gobernadores los condujo a volverse receptores, y a vivir de las dadivas del Gobierno Central.

La figura asociativa de las RAP les permite a todos los departamentos, tanto industrializados, como con economías en desarrollo y con bajo nivel de progreso económico, aliarse para impulsar proyectos y objetivos comunes regionales. La finalidad es fortalecer el desarrollo de sus economías, la competitividad, la integración de sus megaproyectos de infraestructura estratégica y la promoción del desarrollo rural y social del territorio.

En su momento Amylkar Acosta Medina defensor acérrimo de la concreción de las regiones, manifestó: “las RAP no es, no puede ser, un punto de llegada, sino un punto de partida; además, no es un fin sino un medio para luchar unidos, no sólo en procura de cerrar las brechas interregionales, sino también las brechas intrarregionales con el fin de nivelar la cancha. Las regiones han venido dando el primer paso para avanzar en el propósito último de constituirse como entidades territoriales, en el entendido que esta es una escala técnica para llegar a nuestro objetivo final, cual es la Región como Entidad Territorial. Por mi lado, manifesté en el anterior escrito: “cuando Colombia alcance esta meta, habremos dado un paso transcendental en el mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos”.

Hoy con gran satisfacción celebramos la decisión tomada el 26 de diciembre de 2022 en Cartagena, por los 8 gobernadores de los departamentos de la Costa Atlántica, de poner en marcha la RAP Caribe, constituida en el año 2017. Es el resultado de un trabajo denodado y paciente de ilustres representantes costeños, dentro de los que se destaca, Amylkar Acosta Medina, expresidente del Congreso, exministro y exdirector de la Federación Nacional de Departamentos.

Como un homenaje a su excelso aporte para la materialización de esta entidad administrativa, los gobernadores en consenso lo designaron como el primer director de la misma.

En muy buena hora la procrastinación terminó y los retos que tiene el nuevo director de la RAP Caribe son colosales. Conocedor de excepción de las virtudes, cualidades y el arraigo por su tierra del Dr. Amylkar Acosta, estoy seguro que saldrá avante con este nuevo compromiso, que implica fortalecer la autonomía administrativa de los 8 departamentos, con miras a un desarrollo económico y social incluyente, y sostenible de la región. Es el momento de aprovechar esta escala técnica, para llegar al objetivo final, la Región como Entidad Territorial.

Desde esta columna exhorto a los demás gobernadores para que impulsen la ejecución de las RAP en sus respectivas regiones, no olviden que, la conversión de estas a Regiones Entidades Territoriales tiene carta abierta desde el 2022.

 

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