Punto culminante de un activista presidente
Por coronel Alberto Restrepo Arboleda.
La trascendencia del Punto Culminante en la guerra y también en la política, según Carl von Clausewitz, una como prolongación de la otra, está en reconocer haberlo alcanzado; lo que obliga a tomar una decisión, ya sea para cambiar de actitud ofensiva o defensiva, previniendo con ello un fracaso irreversible, pues el adicionar recursos económicos, militares o diplomáticos, no van a cambiar el resultado final.
Vimos como en sus inicios un gobernante obnubilado por el poder que le embestía la primera magistratura, emprender un proyecto no planeado de política de unidad nacional, silenciando a los escépticos y mañosos cabecillas de los partidos, quienes celosos observaron como magistralmente se hacía a una pausa en la demagogia franciscana de ayuda al pobre empobreciendo al rico, y así marchamos unos pocos días con el gobierno del cambio; pero la luna de miel democrática duro poco y pagó un alto precio, al no hacerse esperar las primeras posturas distantes al pensamiento progresista del mandatario, apareciendo en el escenario, ministros como los de salud, hacienda y agricultura entre otros, que despiertan la paranoia del activista, reviviendo su pureza ideológica y sepultando la figura del Presidente.
Ante la perdida de gobernabilidad y el estruendoso fracaso de reformas y escándalos de corrupción que a diario explotan; el activista consumado retoma su trasnochado discurso del pueblo como emblema personal, y enfila sus baterías hacia la movilización de todo orden, rural con las guardias indígenas y urbana con las coordinadoras de fuerzas populares o milicias, dejando en el ambiente la sonada Reforma Constitucional, amparada por la narco delincuencia y con el agravante estratégico, de avales de estados como Rusia, Irán y Palestina, quienes de manera indirecta, postraron la capacidad Aero táctica y de inteligencia a las Fuerzas Militares. Petro adelanto su plan de mantenerse en el poder y sabe que está en el punto culminante de su fracasada administración, haciéndose más letal en esta cuenta regresiva.
Así las cosas es el momento decisivo para lanzar la más grande ofensiva empresarial, jamás vista en América latina, es hora de actuar con la fuerza democrática revestida de institucionalidad y amparada con la reserva activa.