Responsables de horrores en campo de concentración del Eln en Antioquia, deben ser encarcelados
La escabrosa revelación de la revista Semana, acerca de un campo de concentración ubicado en las montañas del Oriente Antioqueño, donde la cuadrilla Bernardo López Arroyave del Eln, escondía secuestrados, o efectuaba torturas, desapariciones, además de múltiples vejaciones contra la dignidad humana de sus víctimas, revive imágenes de los campos de concentración del Mono Jojoy en el Meta, renueva dudas sobre el amañado informe de la verdad de De Roux y siembra muchas dudas acerca del futuro, de lo que acuerden, o mejor impongan los terroristas del Eln a los delegados de Petro.
Dada la verticalidad y férreo control leninista que los cabecillas nacionales imponen a las cuadrillas, las atrocidadades cometidas en esa guarida clandestina contaban con el visto bueno de Gabino, Pablo Beltrán, Herlindo Chamorro y los demás terroristas que dirigen al Eln. Por ende, dichos delincuentes deben responder no ante una JEP de bolsillo como la de las Farc, sino ante la justicia colombiana, purgando ejemplares penas privativas de la libertad.
Hechos como este demuestran que no merecen ninguna prebenda. Con base en archivos públicos acerca de la dinámica del Eln en la región, es obvio inferir, que por las celdas del oscuro socavón, rotaron víctimas de secuestro extorsivo, terroristas llevados a juicios revolucionarios y luego condenados a muerte, y hasta miembros de las autodefensas ilegales, con quienes hicieron intercambio de secuestrados a finales de la década de 1990 y comienzos del siglo XXI.
Es tal el desprecio por la vida humana que se comulga dentro del grupo narcoterrorista Eln, que no tuvieron recato para bautizar la guarida como refugio secreto, marcarla con un enorme letrero y pintar en las paredes de la mazmorra, los símbolos del crimen comunista procubano. Si durante el trasiego para conquistar el poder, el Eln comete estas barbaridades, imaginémoslos con las riendas del Estado en sus manos, instaurando una narcodictadura comunista. La tortura y el sufrimiento de los enemigos de clase, es el credo comunista que se debe cumplir a rajatabla por la militancia del Eln. No hay término medio.
Los residuos de este centro de ignominia y tortura practicada por los comunistas armados del Eln contra los colombianos, están ahí en el terreno y demandan recaudo de pruebas jurídicas totales, por parte de la Fiscalía, para que después no las desaparezcan los terroristas y sus cómplices.
Es una investigación que debe llegar hasta el final y que debe ser incluida al lado de imperdonables crímenes de lesa humanidad, cometidos por el Eln tales como la masacre de Anacoreto ordenada por Gabino y Fabio Vásquez, la masacre de Machuca, la masacre de cadetes de la policía en 2019, los secuestros de la María y el Kilómetro 18 en Cali, y el avión de Avianca en Santander, o la sistematicidad del terror comunista contra el campesinado colombiano donde hay Eln y muchos casos más.
Les habló Luis Alberto Villamarín Pulido
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