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Un problema llamado democracia

Por Eduardo Vázquez-Bécker S.

Tomado de La Prensa Gráfica, El Salvador

Buscan a quien consideran como ellos, a quien parece que los entienden, a quien soluciona problemas sin tanto consenso. En fin, buscan al populista.Todos creemos que la democracia es una forma de gobierno que nos permite apartar del poder de manera pacífica a quienes no gobiernan bien, y es cierto, pero no es todo, también la democracia tiene la virtud de definir las reglas del juego político haciendo que los derechos de cada uno sean respetados, y si bien es el imperio de la mayoría, también protege los derechos de las minorías. Es decir, que se manda porque se es mayoría, podrá ser cualquier cosa, menos democracia.

La democracia es útil para alcanzar el poder político sin matarnos, pero tiene la debilidad de que, una vez alcanzado, se puede abandonar. Con esto se convierte a la democracia en una simple herramienta de manipulación política, y esto no es una nueva idea, los populistas tienen ya siglo y medio de utilizarla.

El populista no puede ser democrático porque, en su caso, el soberano es él, porque encarna al pueblo, no puede serlo porque le encantan las constituciones solo para aferrarse al poder. Todas sus propuestas políticas son insostenibles y con fines electorales, no aceptan argumentos que los contradigan y para ellos todo es conspiración, como reventar cohetes en una manifestación, atacan a los medios de comunicación y periodistas que los critican, toman decisiones autoritarias, descalifican a sus opositores y algo aún más grave, expulsan a la sociedad misma de la política. Es por esto que la democracia es una herramienta inicialmente y un problema grave posteriormente.

Ahora bien, los democráticos también pueden reconocer a la democracia como un problema, debido a que candorosamente muchos creen que la democracia es una virtud, pero la democracia es muy confusa, a veces es muy lenta porque exige la creación de consensos para alcanzar mayorías, es necesaria una gran y efectiva comunicación política con todos para lograrlo, hay dificultades para tomar decisiones y los totalitarios no tienen dificultades para decidir. También es muy frágil al permitir que en su seno se preparen sus enemigos.

Lo anterior hace que la democracia sea muy eficiente, esto es, utiliza de la mejor forma los recursos, pero poco eficaz para alcanzar objetivos, que son resolver los problemas de la sociedad. Esto hace que sea un problema para todo gobernante y es donde aprovechan otras personas, entre estas los corruptos, que hacen de la gobernabilidad algo muy caro y hacen más lenta a la democracia.

Ahora bien, la menor eficacia hace que las personas se desencanten de la democracia, y cuando esto ocurre surge el populista. Personalmente, creo que no es una conspiración, sino una consecuencia de su propio fracaso.

La democracia fracasa cuando es incapaz de atender directa y ágilmente las demandas colectivas que creen que el gobierno es el que debe solucionar todo.

La democracia debe ser más que una forma de convivencia de diferentes formas de ver la realidad social, es más que elecciones y es más que muchos partidos políticos, es una forma en la que una persona puede asociarse con otras para solucionar un problema particular y con otras para resolver otros problemas, por eso una democracia puede tener pocos partidos políticos.

Cuando esto ocurre, cuando la democracia se convierte en algo definitivamente ineficiente, la sociedad se cansa y abraza al populismo que se arraiga donde las personas que quieren agua no tienen agua, donde las escuelas no tienen pizarrones ni maestros, donde los médicos no tienen medios para curar, donde los pandilleros mandan, donde no hay empleo, donde no hay… Entonces buscan a quien los entiende a ellos, no a la libertad, ni a la constitución, ni a la república; nada de esto resuelve sus problemas. Buscan a quien consideran como ellos, a quien parece que los entienden, a quien soluciona problemas sin tanto consenso. En fin, buscan al populista.

Como el populista es sumamente eficiente, es el preferido, pero como al populista la democracia representa incertidumbre, al final la destruye y surge el autoritarismo, la dictadura, la manipulación de elecciones, etcétera.

La democracia, además de ser un régimen político, es un régimen social, y es aquí donde han fallado los partidos políticos, porque no son exigentes en sus liderazgos y a falta de estos, los partidos se convierten en algo ineficaz e ineficiente y esto genera desilusión que termina matándolos.

Debemos hacer que la democracia sea eficaz y también eficiente, solo así será verdad que en democracia no se puede ganar siempre, que el que gana no lo puede ganar todo y que el que pierde no lo pierde todo, pues entonces la democracia se vuelve fuerte y nuevamente un problema, esta vez para quien quiere controlarlo todo y siempre.

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